Un estudio reciente de la Universidad de Brown propuso que la meditación puede ayudar a los pacientes a controlar su dolor crónico.[1] El estudio analizó la conexión intima en la atención plena entre la mente y el cuerpo, ya que el entrenamiento de la meditación comienza con un enfoque altamente localizado en las sensaciones del cuerpo y la respiración.
Los investigadores del estudio afirman que el enfoque sensorial concentrado repetido mejora el control sobre los ritmos alfa localizados en la corteza somato-sensorial primaria, donde el cerebro mapea las sensaciones de diferentes partes del cuerpo. Al aprender a controlar su enfoque en el momento somático presente, dicen los investigadores, los meditadores desarrollan una «perilla de volumen» más sensible para controlar los ritmos alfa corticales sensoriales localizados y espacialmente específicos, permitiendo así un filtrado óptimo de la información sensorial. Los meditadores aprenden a controlar cual sensaciones corporales escuchan, y también como prestar atención regular para que no se inclinen hacia sensaciones físicas negativas, como el dolor crónico.
El equipo del estudio usó una tecnología de imágenes cerebrales llamada magneto encefalografía (MEG) para mostrar que los ritmos alfa en la corteza tienen correlación con la atención sensorial y que la capacidad de regular las ondas cerebrales alfa localizadas en una escala de milisegundos es más distinta en personas que han tenido un entrenamiento estandarizado de atención plena que en los que no lo han hecho. El equipo también utilizó un modelo informático que simula la actividad eléctrica de redes neuronales y predice como se genera el ritmo alfa. Una predicción de este estudio es explicar cómo conseguir control del ritmo alfa no solo mejora el enfoque sensorial en un área particular del cuerpo, sino que también ayuda a la gente a superar los estímulos competitivos persistentes, como las señales de dolor crónico.
El estudio propone que entrenamiento de pacientes con dolor crónico en técnicas estandarizadas de atención plena de enfocarse en el dolor y luego enfocarse lejos del dolor, debería resultar en mejoras comprobables y medibles por MEG en el control del ritmo alfa.
<<Mediante este proceso de activar y desactivar repetidamente la dinámica alfa en todo el mapa corporal, según nuestra teoría alfa, los sujetos están volviendo a aprender el proceso de modular directamente los ritmos alfa localizados>>, escribieron.
[1] Frontiers in Human Neuroscience, <<La atención plena comienza con el cuerpo: atención somatosensorial y modulación descendente de los ritmos alfa corticales en la meditación de atención plena>>, Catherine E. Kerr, Matthew D. Sacchet, Sara W. Lazar, Christopher I. Moore y Stephanie R. Jones.
http://www.frontiersin.org/Journal/10.3389/fnhum.2013.00012/abstract
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